El uso de los irrigadores bucales no se limita únicamente a limpiar bien las piezas dentales y prevenir el mal aliento, entreo los beneficios encontramos:
- Elimina la placa bacteriana, evitando la aparición de las caries.
- Reduce el sangrado y mejora la salud de las encías.
- Controla la inflamación de las encías y la gingivitis.
- Permite una limpieza y cuidado de coronas, implantes dentales y aparatos de ortodoncia, puentes fijos o extraíbles, fundas....
- Mayor sensibilidad de limpieza y frescor de la cavidad bucal.
Como hemos visto un irrigador bucal realiza una limpieza mucho más completa de la boca ya que su sistema con chorro de agua incorporado permite llegar a rincones que un cepillado convencional jamás podría alcanzar.
¿Cómo utilizar el irrigador?
Lo primero es lavarnos los dientes. Eligiremos la boquilla que mejor se adapte a la fisonomía de nuestros dientes. Encenderemos el irrigador y dirigiremos el chorro de agua a presión sobre la encía y el diente.
Es aconsejable utilizarlo 2 minutos al día, siendo preferiblemente antes de acostarse. Puede parecer muy largo todo el proceso, pero no se tarda más de 10 minutos y la sensación que nos deja es de una gran limpieza y nuestra salud bucodental mejora enormemente.
Hay muchos tipos de irrigadores que oscilan entre los 60 euros y los 160 euros, dependiendo de potencia, portabilidad, accesorios, etc. Dentro de este amplio abanico destacamos el Waterpik Ultra WP-100 por su calidad-precio. Permite elegir entre 10 posiciones diferentes de presión y tiene un depósito cuya cantidad es de 600 ml. Una buena opción sin ser extremadamente caro.
Por todos los motivos que os hemos dado creemos que es una opción muy recomendable de regalo saludable y que, además gustará. Ante cualquier duda os esperamos en la Farmacia Verge.